En México, entre siete y 12 por ciento de la población las padece, indicó Diana Patricia Guízar, académica de la Faculta de Medicina de la UNAM
Cuando un sismo de gran magnitud ocurre, sobre todo en las costas del Pacífico, el subsuelo de la capital resiente la llegada de sus ondas, lo que puede provocar que las fallas preexistentes se activen y desencadenen los de baja magnitud